Deteccion Temprana
La otitis serosa puede no tener signos muy sugerentes, siendo muy dependiente de la atención de los padres, educadores y de todas las personas que conviven con el niño. Estos signos pueden ser:
- Retraso en la adquisición del habla (el niño generalmente pronuncia las primeras palabras después de un año y medio de edad).
- Dolor leve (o malestar), que puede referirse a la sensación de oído "lleno / cerrado"
- Disminución de la audición (pedir subir el sonido del televisor, necesitar repetir preguntas con frecuencia, falta de atención en clase, hablar en voz alta, etc.)
- Más evidente si se producen otitis frecuentes (episodios infecciosos agudos repetidos).
Diagnóstico
El diagnóstico debe ser realizado por un médico, que cuanto antes ocurra, menos complicaciones ocurrirán.
La otitis serosa se puede diagnosticar mediante la observación directa del tímpano con otoscopia u otomicroscopia.
Las pruebas complementarias incluyen timpanograma (medición de la movilidad del tímpano) y audiograma (para evaluar la capacidad auditiva).
En caso de confirmación de este diagnóstico, las guías internacionales recomiendan una vigilancia activa durante 3 a 6 meses.
Se debe prestar especial atención y seguimiento adecuado por parte de un especialista cuando la otitis media sea recurrente.
Se considera recurrencia cuando los episodios de otitis ocurren al menos tres veces en 6 meses consecutivos o si ocurren cuatro episodios en un año.
Además de la observación y los exámenes completos necesarios, deben excluirse otras situaciones como alergias, infecciones respiratorias frecuentes causadas por virus sincitial respiratorio, rinovirus, adenovirus, enterovirus, etc.
En algunos casos, la otitis serosa puede convertirse en otitis crónica y dar lugar a la necesidad de procedimientos quirúrgicos.
De no resolverse, la persistencia y cronicidad de esta situación puede evolucionar hacia una sordera permanente.
